Translate

miércoles, 30 de abril de 2014

¿A quién pertenece Inglaterra, por derecho y por ley?






LA CONCESIÓN DEL REY JOHN DE INGLATERRA E IRLANDA AL PAPA

"En la cuestión de la elección e nombramiento de Stephen Langton como arzobispo de Canterbury, el rey John, según las palabras del papa Inocencio III, mediante “persecución impía”, trató de “esclavizar” a toda la Iglesia Inglesa. Como resultado, el Papa puso una prohibición sobre Inglaterra (1208-1214); una especie de “huelga religiosa”, conforme a la cual no debería prestarse servicio religioso para nadie, culpable o inocente. Cuando esto no funcionó, el rey mismo, fue excomulgado. Cediendo bajo esa presión, John escribió una carta de concesión al Papa, con la esperanza de anular la prohibición y la excomunión, [en el año 1213 n.t.]. La concesión de John que, en efecto, hizo de Inglaterra un feudo de Roma, funcionó a mil maravillas. El Papa satisfecho, levantó el yugo que había colgado sobre el pueblo de Inglaterra y su rey." 
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La carta de concesión:

"John, por la gracia de Dios, rey de Inglaterra, señor de Irlanda, duque de Normandia y Aquitania, conde de Anjou, a todos los fieles de Cristo, que mirarán a la presente carta [constitución n.t.], saludos. Deseamos que sea conocido por todos, a través de esta nuestra carta [constitución n.t.], acompañada con nuestro sello, que en la medida en que hemos ofendido en muchos caminos a Dios y a nuestra Madre, la santa Iglesia, y, en consecuencia, se sabe que necesitamos mucho la misericordia divina, y no podemos ofrecer ninguna cosa digna de satisfacer debidamente a Dios y a la iglesia, a menos que nos humillamos a nosotros mismos y a nuestros reinos; nosotros, deseando humillarnos a nosotros mismos delante de Él, que se humilló a Sí Mismo hasta la muerte para nosotros, inspirados por la gracia del Espíritu Santo, no inducidos por la fuerza u obligados por el miedo, sino por nuestro propio bien y espontánea voluntad, y por el consejo común de nuestros barones, libremente nos ofrecemos a ceder a Dios y sus santos apóstoles Pedro y Pablo, y a nuestra madre la Santa Iglesia Romana, y a nuestro señor papa Inocencio y sus sucesores Católicos, todo el reino de Inglaterra y todo el reino de Irlanda, con todos los derechos y pertenencias, para el perdón de nuestros pecados y de los de toda nuestra raza, así para los vivos como para los muertos; y ahora recibiendole y mantenernos, como vasallo, de Dios y de la iglesia Romana, en la presencia de aquel hombre prudente Pandulph, subdiácono y administrador de la casa del señor Papa, juramos y manifestamos lealtad a nuestro señor papa Inocencio antes mencionado, y a sus sucesores, y a la Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el impreso adjunto; y en presencia del señor papa, si podríamos acercarnos a él, vamos a hacerle un homenaje feudal; comprometiendo a nuestros sucesores y a nuestros herederos [que tendremos n.t.] de nuestra esposa para siempre, de manera similar, a manifestar lealtad y rendir homenaje a aquel que será el jefe pontífice en aquel momento y a la iglesia Romana, sin objeciones. Como muestra de nuestra voluntad, por otra parte, establecemos y vamos a establecer [en el futuro n.t.] y concedemos esto como obligación perpetua y vamos a establecer también, que de los ingresos propios y especiales de nuestros reinos antes mencionados, para todo el servicio y encargo que debemos hacer para ellos, ahorrando en todas las cosas el último centavo de San Pedro [Mat. 17:27 n.t.], la iglesia Romana deberá recibir anualmente mil marcas esterlinas [antiguas n.t.], a saber, en la fiesta de San Michael quinientos marcos, y de Pascua, quinientos marcos, setecientos, a saber, para el reino de Inglaterra, y trescientos para el reino de Irlanda, salvando para nosotros y para nuestros herederos, nuestros derechos, libertades e insignias. Todas estas cosas, así como han sido descritas, deseamos que sean perpetuamente validas y firmes; y nos obligamos a nosotros mismos y a nuestros sucesores a no actuar en contra de ellos. Y si nosotros o cualquiera de nuestros sucesores, tuviere la presunción de intentar esto, sea quien sea, a menos que sea debidamente advirtido de su reino, en este sentido, que pierda su derecho al reino, y esta carta de nuestra obligación y concesión permanezca siempre firme."

Fuente original en ingles

Si alguien piensa que esto ya no tiene validez, en realidad, no sabe en que planeta vive. 




















El pecado: ¿Herencia o elección?

 LA BIBLIA - UNA GUÍA SEGURA EN UN MUNDO QUE ANDA CONFUNDIDO





Los bebés son hermosos. ¿No es eso lo que piensa cada padre orgulloso, al ver a ese hombrecito  durmiendo pacíficamente? La imagen misma de la inocencia. Probablemente no exista algún otro momento en la vida cuando el ser humano sea más libre de toda mancha de maldad. 
            Pero, un momento.... Hay quienes al contemplar a ese mismo bebé ven algo muy diferente. En lugar de una dulce inocencia, ven a un bebé nacido con una naturaleza y herencia tan corrupta que el bebé está perdido y condenado en cuanto respira por primera vez;  una pequeña vida manchada con el pecado de Adán y Eva, a pesar de que ese "pecado original" fue cometido miles de años atrás.
            ¿Qué enseña la Biblia? ¿Nacen los bebés inocentes o culpables? Y ¿qué significa esto para los adultos, sean Cristianos o no? ¿Viven pecando constantemente, necesitando perdón constante para el constante pecado de una naturaleza corrupta?
            ¿Podríamos no haber comprendido la pregunta básica de qué es pecado? Para ser más precisos, ¿cuál es la naturaleza de ese pecado por el cual estamos condenados y perdidos por la eternidad?
            Veamos algunos textos de la Biblia fáciles de comprender. "y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado" (Santiago 4:17). Ahora, ¿sabe el bebé la diferencia entre lo bueno y lo malo? Y ¿es posible que nosotros no siempre sepamos que es correcto hacer o decir, y sin querer hacemos o decimos lo incorrecto? En ningún caso--ni para el bebé ni el adulto--está el pecado involucrado. Un error, sí, pero no pecado ni culpa.
            Quizá Jesús pueda ayudarnos a comprenderlo mejor. Hablando un día a los Fariseos, "Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece." (Juan 9:41). Jesús les estaba diciendo que el pecado no se imputa como culpa cuando no ha habido oportunidad de saber que es correcto. Los Fariseos sin duda habían nacido con la misma naturaleza caída con la que nacimos nosotros, pero esto no era lo que los hacía automáticamente pecadores. 
            En otra ocasión Jesús dijo, "Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre" (Juan 15:24).  Fue  cuando  la  luz--Jesús--vino a ellos y ellos escogieron rechazar esa luz, que fueron contados como culpables de pecado.
            Entonces, ¿nos está diciendo la Biblia que la condenación y la culpa no son nuestro patrimonio y que nosotros no vivimos automáticamente en un estado de pecado por el "pecado original" de Adán? ¿Nos está diciendo la Biblia que para ser culpables de pecado debemos saber lo que es verdadero y justo, y deliberadamente escoger rechazar la verdad y hacer lo que Dios ha prohibido? Entonces, quizá ese bebé es inocente después de todo y no necesita ser bautizado inmediatamente para lavar su presunta culpa heredada de Adán y Eva. Y también nosotros no vivimos en un estado constante de pecado solo por poseer una naturaleza caída.
            Esto significa que la culpa y el pecado existen para nosotros únicamente cuando hemos recibido la "luz". Cuando sabemos lo que Dios desea que hagamos y rehusamos hacerlo (Santiago 4:17), entonces nos volvemos pecadores, necesitados de perdón y limpieza.  El pecado no viene por haber nacido en un mundo pecaminoso con una naturaleza caída por el pecado de Adán. Todo lo contrario, el pecado es la elección que hacemos cuando sabemos la diferencia entre lo bueno y lo malo, y decimos, "Quiero hacerlo a mi manera, porque no me gusta a la manera de Dios."
            En cierta ocasión Jesús y sus discípulos encontraron a un hombre que había estado ciego de nacimiento. Los discípulos tenían una pregunta para Jesús acerca de cómo llegamos a ser pecadores. "Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él." (Juan 9:2,3). Los discípulos asumían que su ceguera comprobaba que él era pecador y estaban confundidos acerca de cómo ese pecado pudo haber sido transmitido puesto que nació de esa manera. La respuesta de Jesús muestra que la ceguera y la culpa del pecado no son la misma cosa.
            Lo que significa que debemos hacer una distinción entre los resultados del pecado y la culpa del pecado.
            Cuando Adán pecó, el mundo entero comenzó un patrón continuo de dolor, sufrimiento, deterioro y muerte. Las plantas, animales y los seres humanos sufren los resultados trágicos de la maldición del pecado. Nacemos en un mundo pecaminoso, de padres afectados por el pecado, con una naturaleza inclinada a pecar. Pero no hay indicación en las Escrituras que estemos perdidos, condenados, o con culpabilidad por ninguno de los resultados del pecado de Adán. El pecado por el cual renunciamos a la vida eterna es escoger desobedecer cuando sabemos cual es la voluntad de Dios.
            Un ejemplo claro de este principio lo encontramos en el Antiguo Testamento. "El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él." (Ezekiel 18:20). El punto es simple. Cada uno somos responsables por nuestros propios pecados--nuestras propias malas decisiones.
            Si una vida de pecado es inevitable--por haber heredado un naturaleza humana débil y caída--entonces yo no soy responsable por ella; es culpa y problema de alguien más. Sin embargo, si el pecado es por mi propia elección, entonces yo soy el único responsable y debo tratar con el directamente, en lugar de culpar a alguien más.
            El pecado y la culpa solo se originan dentro de las facultades superiores de la mente responsables de escoger entre el bien y el mal.  Todas las personas sufren los efectos de la ley natural como parte del ciclo de pecado en la tierra.  Pero Dios no nos hace responsables por haber heredado un equipo defectuoso.   El pecado es quebrantar deliberadamente la ley de Dios (ver 1 Juan 3:4). El pecado, en su raíz, es amor propio.  Es ponerme a mi mismo por encima de Dios. 
            Todos los aspectos de los métodos de Dios para salvar a los pecadores son afectados por nuestro concepto de pecado y culpa. Si el pecado está en la naturaleza que heredamos y estará siempre hasta que Cristo venga, entonces:
1.          Jesús no pudo haber nacido con nuestra naturaleza,
2.          el enfoque del evangelio debe ser el perdón constante para el pecado constante, y
3.          nunca seremos libres de pecado hasta que Jesús venga.

Pero si el pecado es por elección propia, entonces:

1.          Jesús pudo heredar nuestra naturaleza, 
2.          el evangelio es ambos, perdón y poder transformador, y 
3.           nosotros podemos vivir la vida de obediencia que vivió Jesús.

...continuará...

martes, 29 de abril de 2014

Păcatul: moștenire sau alegere?

BIBLIA - UN GHID SIGUR, ÎNTR-O LUME CONFUZĂ








Copiii sunt frumoși. Nu este asta, ce gândește orice părinte uitându-se cu dragoste, la omulețul care doarme liniștit? Într-adevăr pare imaginea nevinovăției. Probabil că nu este nici o altă perioadă din viață când o ființă umană este mai liberă de orice aparență  de rău. Spun "aparență", pentru a se înțelege ca vorbesc despre ceea ce se vede, nu ceea ce nu se vede. Voi explica mai în detaliu acest aspect pe parcursul articolului.
Deci privim noul născut și vedem o ființă fragilă și ... nevinovată. 
Dar stai puțin... Sunt unii care se uită la același copil și văd ceva... diferit. În loc de dulce inocență, ei văd un prunc născut cu o natură și cu o moștenire atât de viciată, încât puiul de om este pierdut și condamnat încă de la prima suflare de viață; văd un ambalaj mic de viață, stricat de păcatul lui Adam și al Evei, chiar dacă acel “păcat originar” a fost comis cu mii de ani în urmă (vreo 6-7000).
Ce ne învață Biblia în legătură cu asta? Se nasc copiii inocenți sau se nasc vinovați? Și ce înseamna asta pentru adulți, pentru noi, fie că suntem sau nu Creștini? Trăiesc ei (adulții) constant într-o stare de păcat și având nevoie repetată de iertare pentru păcatul repetat al unei naturi căzute, păcătoasă.
Se poate ca noi să fi înțeles greșit o întrebare fundamentală: Ce este păcatul? Ca să fiu mai clar, care este natura acelui păcat, pentru care suntem condamnați și pierduți pentru veșnicie?
Să ne uităm la câteva texte Biblice ușor de înțeles.
”Deci, cine știe să facă bine și nu face, săvârșește un păcat!” (Iacov 4,17).
Știe un copilaș sa facă diferența dintre bine și rău? Și, este posibil ca nu întotdeauna să știm ceea ce trebuie să zicem sau să facem, și fără să vrem, facem sau spunem lucrul greșit? În niciun caz aici -nici la copil, nici la adult- nu este implicat păcatul. Greșeala da, dar nu păcat și nici vină.
Poate că Isus ne ajută să înțelegem mai bine. Adresându-se fariseilor odată, Isus le-a zis:
“Dacă ați fi orbi”, le-a răspuns Isus, “n-ați avea păcat”; dar acum ziceți: ‘Vedem’. Tocmai de aceea, păcatul vostru rămâne.” (Ioan 9:41).
Isus le spunea că păcatul nu este socotit vină, când nu există capacitatea sau ocazia de a ști ceea ce este drept, corect. Cu siguranță că fariseii s-au născut cu aceleași naturi căzute cu care ne-am născut și noi, dar asta nu i-a făcut în mod automat păcătoși. Însă ei afirmau ca pot distinge răul de bine, și astfel se auto-condamnau.
Cu altă ocazie Isus a spus:
“Dacă n-aș fi făcut între ei lucrări, pe care nimeni altul nu le-a făcut, n-ar avea păcat; dar acum le-au și văzut, și M-au urât și pe Mine și pe Tatăl Meu.” (Ioan 15:24).
Când lumina -Isus- a venit la ei și ei au ales să refuze acea lumină, atunci (si numai atunci), au fost socotiți vinovați de păcat (vezi Ioan 3:19).
Deci, Biblia ne spune, că vina și condamnarea nu sunt înnăscute, și că noi nu trăim în mod automat într-o stare de păcat din cauza ”păcatului originar” al lui Adam. Biblia ne spune că pentru a putea fi considerați vinovați (sau acuzați) de păcat, trebuie să știm ceea ce este adevărat și drept și să alegem în mod deliberat să respingem adevărul și să facem ceea ce Dumnezeu ne-a interzis. Există multe persoane care nu resping adevărul în mod brutal sau fățiș -prin declarații de genul, 'Eu nu cred în D-zeu!' sau, 'Eu nu vreau să ascult de D-zeu!'- însă viața lor arată ca ei resping adevărul prin faptele lor. Nu întotdeauna este nevoie de cuvinte pentru a expresa ceea ce credem.  
Atunci, înseamnă că, în fond, acel copilaș cu care am început, este nevinovat și nu are nevoie să fie botezat imediat pentru a îndepărta presupusa vină moștenită dela Adam și Eva. Și înseamnă că nu trăim într-o stare permanentă de păcat numai pentru că ne-am născut cu naturi căzute. Atunci înseamna că păcatul și vina apar pentru noi, numai când avem ”lumină”. Când știm ceea ce Dumnezeu vrea ca noi să facem, și refuzăm să facem (Iacov 4,17), devenim păcătoși, și atunci, avem nevoie de iertare și curățare.

Păcatul nu este accidentul de a ne fi născut într-o lume păcătoasă, cu o natură căzută, din cauza păcatului lui Adam. Mai degrabă, păcatul este alegerea pe care o facem atunci când cunoaștem diferența dintre bine și rău, și spunem ‘Vreau să fac ce cred eu că e bine, pentru că nu îmi place Calea lui Dumnezeu’.
Într-o ocazie, Isus și ucenicii Săi au întâlnit un om care era orb din naștere. Ucenicii au pus o întrebare lui Isus, arătând astfel confuzia lor despre cum devenim păcătoși.
“Învățătorule, cine a păcătuit: omul acesta sau părinții lui, de s-a născut orb?” Isus a răspuns: “N-a păcătuit nici omul acesta, nici părinții lui;” (Ioan 9:2,3).
Ucenicii au presupus că orbirea sa, dovedea că era un păcătos, și erau confuzi sau temători poate, gândind că acel păcat s-ar fi putut transmite de la părinți la fiu, din moment ce s-a născut în felul acela.
Răspunsul lui Isus arată că orbirea și păcatul, ca vină, nu sunt același lucru. Aceasta înseamna că trebuie să facem o distincție între consecințele păcatului și vina păcatului.
Când Adam a păcătuit, lumea întreaga a început un lung drum de durere, suferință, decădere și moarte. Plantele, animalele și oamenii, toți suferă rezultatele tragice ale blestemului păcatului. Ne naștem într-o lume păcătoasă, din părinți afectați de păcat, cu o natură înclinată spre păcătuire.
“Căci ştim că toată creațiunea suspină şi suferă ca de durerile naşterii.” (Epistola către Romani 8:22)
Dar nu este nici o indicație în Scriptură că suntem pierduți, condamnați sau vinovați pentru oricare dintre aceste consecințe ale păcatului lui Adam. Vina noastră, păcatul nostru, prin care renunțăm de bunăvoie la viața veșnică, este alegerea noastră de a nu asculta atunci când știm care este voia lui Dumnezeu. Un exemplu clar al acestui principiu, se găsește în Biblie:
“Sufletul care păcătuiește, acela va muri. Fiul nu va purta nelegiuirea tatălui său, și tatăl nu va purta nelegiuirea fiului său!” (Ezechiel 18:20).
Ce poate fi mai clar de atât? Cuvântul lui D-zeu ne spune clar că fiecare suntem responsabili pentru propriile păcate, pentru propriile noastre decizii, pentru propriile noastre alegeri.
Dacă o viață de păcat ar fi inevitabilă datorită moștenirii unei naturi umane căzute, atunci n-am fi responsabil pentru aceasta; ar fi vina altcuiva. Pe când, dacă păcatul este propria mea alegere, atunci doar eu sunt răspunzător și trebuie să-i fac față în mod direct, nu să dau vina pe altcineva (pe Adam de exemplu, sau pe părinți). Păcatul și vina își au originea doar în facultățile minții responsabile pentru alegerea binelui sau a răului. Toată creațiunea suferă efectele legii naturale, ca urmare a alegerii omului de a păcătui, de a nu asculta de Creatorul său. Dar D-zeu nu ne socotește răspunzători pentru moștenirea unui echipament deficient. Păcatul este călcarea deliberată a Legii lui Dumnezeu (vezi 1 Ioan 3:4). Păcatul, un poate fi explicat; însă știm din Biblie că la baza lui este … iubirea de sine sau (amorul propriu). Este punerea sinelui, punerea eu-lui, înaintea lui Dumnezeu.
Toate aspectele Planului lui D-zeu pentru salvarea sufletelor, sunt afectate de ceea ce credem că este păcatul și vina. Dacă păcatul este natura pe care o moștenim și pe care o păstrăm până când vine Isus, atunci:
1.        Isus nu se putea naște cu natura noastră,
2.        ținta Evangheliei trebuie să fie iertare repetată pentru păcat repetat, și
3.        nu vom fi eliberați de păcat până când Isus revine.

Dar dacă păcatul este propria noastră alegere, atunci:
4.        Isus a putut moșteni natura noastră,
5.        Evanghelia este atât iertare cât și putere transformatoare, și
6.        putem trăi viața de ascultare de D-zeu, pe care a trăit-o Isus.

va continua…