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lunes, 10 de febrero de 2014

El Nombre de Dios

LA BIBLIA - UNA GUÍA SEGURA EN UN MUNDO QUE ANDA CONFUNDIDO








Esta doctrina del “nombre” no es nueva, ni desconocida; dentro del mundo evangélico, es más actual que nunca: se le llamó, la “Doctrina de los “sólo Jesús”, y hay un montón de tipos que andan por el mundo rebautizando gente, porque cuando se bautizaron lo hicieron en el “nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Esto dividió hace años a la iglesia Pentecostal.
Pocos se dan cuenta que Satanás podría ser mucho más inventivo en traer “al mercado” religioso cosas nuevas. Pero no lo hace, no porque no es inteligente, sino porque nosotros no lo somos. No lo hace, porque somos tan … necios (casi digo estúpidos), que nos puede engañar fácilmente usando lo de siempre.

Si lees una Biblia Mesiánica es absolutamente lógico que vas a encontrar referencias donde falta algún versículo, porque los Mesiánicos (que dependen de la rama de los Nazarenos, los Davídicos, etc.) tienen los mismos problemas de los “sólo Jesús”.
En realidad, el asunto de “Yashua”, o “Yejoshúa”, o “Yehoshúa Mashiac” (creo que lo he escrito bien), es una rencilla importada de entre los Mesiánicos, que deriva de una discusión, un debate, sobre “Kabbalah” (Cábala - el libro ocultista hebreo).
Entre ellos existe la creencia de que, al pronunciar la palabra “Jesús” en el idioma original, se llenarán de un poder especial. Es decir, nada más que una superstición. En pocas palabras, pueden estar fornicando y golpeando a sus esposas, y crucificar al Hijo de Dios, o desobedecer los Principios de Dios, pero mientras pronuncien la palabrita mágica “Yeshua”, ellos viven en una atmósfera de santidad. 
Por eso es que la web está llena de los tales “Mesiánicos” que hablan del “nombre” como si fuera un asunto trascendental, tanto que dicen que la persecución que se nos avecina va a ser porque ellos van a decir “Yahoshua”, mientras sus perseguidores van a decir “Jesús”.

La correcta comprensión de “en el nombre de”

Con lo del “nombre” además, hay un problema en el griego… Muchas veces en el NT la expresión “en el nombre” no está traducida de manera literal y otras veces está escrita de manera demasiado literal. 
Me explico:
Hay una palabra para describir “poder” en griego, que es “dunamis”. Esa palabra se usa para expresar el poder de Dios, Su fuerza, un poder milagroso, una fuerza excepcional; (de ahí deriva la palabra “dinamita” en Español), “…porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria…” (Mat 6:13). Esa palabra se utiliza muchísimas veces para determinar un “poder indescriptible”.
Existe otra palabra que denota “poder”, pero no ese “poder indescriptible” sino un “poder legal”, o “autoridad”; esa palabra es, “exousia”. Esta palabra es la que se utiliza para traducir cuando Jesús dijo, “les doy potestad para sanar enfermos, en muchas ocasiones en el NT se utiliza “exousia” y se traduce “en el nombre”. Porque la expresión “en el nombre” significa “en la autoridad”, aunque en realidad simplemente debiera traducirse como “poder legal” o “autoridad”, porque la expresión griega “en el nombre”, tiene que ver siempre con “autoridad“. No con una combinación de letras y sonidos lingüísticos, sino con la “autoridad legal”. Y en este sentido se utiliza en todo el NT. De hecho, el término “nombre” y “autoridad” se utilizan como sinónimos en muchos textos. “….¿en qué nombre o con qué autoridad haces esto?” es algo recurrente, pero siempre lleva el mismo sentido… el de “autoridad“.

A los que creen que decir “Yehoshua” les va a crecer el nivel de santidad, les digo: sé un poco sincero contigo mismo y analiza todos los pasajes de la Escritura que hablan de “en el nombre” y comprende bien y grábatelo en la mente, que lo que se debate en la Biblia, lo que está “en juego” en la Guerra Espiritual Cósmica y Terrenal es, “la autoridad” de Dios,  no “la pronunciación” de Su nombre; es Su “poder legal” lo que se está discutiendo; es el “¿quién te mandó?”; es “¿con qué autoridad hablas?”; en realidad no hay una discusión sobre si Jesús se escribe con “Y” o con “J”.

El énfasis en la correcta pronunciación del nombre es una invención Cabalística (ocultista o satánica) y Mesiánica, pues el tema en cuestión en el Plan de Salvación Bíblico es “la autoridad” de Jesús como Mesías. Si digo “mâshı̂yach”,  o Mesías, o el Ungido, o lo que sea, no importa en absoluto y no influye en nada sobre la comprensión respecto a lo que Dios me quiere transmitir y no me impide tomar una decisión pro/contra de obedecerle.
Sobre las palabras pronunciadas bien o mal, el Apóstol Pablo escribió: “Recuérdales esto, y exhórtales delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, antes perjudica a los oyentes”.
Pablo recomendó al joven Timoteo que no estudiara para hacer contienda, sino, “Estudia con diligencia para (o con la finalidad) de presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.”

Juan escribió… “El que dice: Yo le conozco, y no guarda Sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él… El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.”
En esto consiste conocer a Jesús; no tiene nada que ver con pronunciar correctamente, formalmente o de manera ritualista, ceremonial, supersticiosa, “Su nombre”, sino en “andar como Él anduvo”.



 Este es el verdadero fin del Cristiano… no, pronunciar bien una palabra en Hebreo, que de hecho, por causa del idioma, ni siquiera tiene el significado en Español (ni en otros idiomas), para reflejar el nombre YHWH o YO SOY EL QUE SOY (las traducciones de estas palabras, no transmiten en absoluto el sentido correcto de la palabra en Hebreo).
¿Pero a quién se le ocurra ahora analizar o disecar todas las palabras de la Biblia? Pues seguro que haciendo eso, Satanás se pondrá de fiesta, ya que estaremos muy ocupados un buen rato y él se podría tomar vacaciones tranquilo, sabiendo que nuestra Salvación estará seguramente perdida.
Conocer a Jesús no es letras, palabras y pronunciaciones, no es algo tan bajo, simple, superficial y vil.



¿Quién es Iblís?

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Iblís: el Portador de la Luz
      Iblís, en el Corán, es el nombre de un genio maligno que se negó a inclinarse ante Adán y se apartó de Alá. El personaje es más conocido, sin embargo, como Shaytán, Satán o Satanás, palabra aramea que significa "adversario", nombre con que aparece citado 87 veces en el Corán, mientras que el nombre de Iblís se cita solo nueve veces. Se le llama también al-waswās, esto es, "el murmurador", porque inocula con sus murmuraciones la tentación en el corazón de la gente, al-jannās, "el esquivo" y al-rayīm, "el lapidado". El Corán lo considera el más importante de los jinn, seres que se opusieron a los ángeles.
Es importante destacar que en el Corán, el Diablo tiene 2 nombres; Iblís, probablemente derivado del griego "diabolos" y que se utiliza siempre en singular y como pronombre personal, generalmente en el contexto de su "caída en desgracia". Algunos estudiosos han afirmado que Shaytan o Satán, su otro nombre, que es árabe y, posiblemente, deriva de la raíz "estar lejos de" o "nacido con ira", puede haber sido adquirido como resultado de su rebelión, mientras que otros argumentan que Iblís se utiliza en el contexto de la relación del Diablo con Dios, mientras que Satán se utiliza en relación con los seres humanos. Satán es mucho más frecuente en el Corán que Iblís, por lo general en relación con la tentación y la seducción de los seres humanos. En tal sentido, aunque Dios había echado a Iblís del cielo, le dio permiso para tentar a Adán y a Eva antes de irse. Así, Iblís fue quien convenció a Adán y a Eva de comer del fruto prohibido. Por otro lado, el Corán es explícito al señalar que el Diablo sólo tendría poder para tentar, no para obligar; mientras que la Humanidad conservaría su libre albedrío para escoger entre seguir a Dios o al Diablo.

      En un contexto esotérico, específicamente para la Francmasonería, Iblís es el ángel portador de la luz (ver también mitología griega-romana para comprender el mismo origen de las dos religiones: Católica e Islam). Según la leyenda, Hiram Abiff fue instruido e iniciado durante un descenso al centro de la Tierra por Tubalcaín, su antepasado, quien le transmitió la tradición y leyenda luciferina: "Al comienzo de los tiempos, hubo dos dioses que se repartieron el Universo, Adonai, el amo de la materia y el elemento Tierra, e Iblís (Samael-Iblis, Lucifer) el amo del espíritu y el fuego. El primero crea al hombre del barro y lo anima. Iblís y los Elohim (dioses delegados) que no quieren que éste sea un esclavo de Adonai, despiertan su espíritu, le dan inteligencia y capacidad de comprensión. Mientras Lilith (hermana de Iblís) se convertía en la amante de Adán (el primer hombre) enseñándole el arte del pensamiento, Iblís seducía a Eva y la fecundaba y, junto con el germen de Caín, deslizaba en su seno una chispa divina (según las tradiciones talmúdicas, Caín nació de los amores de Eva e Iblís y Abel de la unión de Eva y Adán). Mas tarde Adán no sentirá más que desprecio y odio por Caín, que no es su verdadero hijo. Caín dedica su inteligencia inventiva que le viene de los Elohim, a mejorar las condiciones de vida de su familia, expulsada del Edén y errante por la Tierra. Un día, cansado de ver la ingratitud y la injusticia, se rebelará y matará a su hermano Abel. Caín aparece ante Hiram Abiff y le explica su injusta situación, añadiendo que en el curso de los siglos y los milenios, sus hijos, hijos de los Elohim e Iblís, trabajarán sin cesar para mejorar la suerte de los Hombres, y que Adonai, celoso tras intentar aniquilar a la raza humana tras el diluvio, verá fracasar su plan gracias a Noé, que será avisado por los Elohim y los «hijos del fuego». Al devolver a Hiram Abiff a los límites del mundo tangible, Tubalcaín le revela que es el último descendiente de Caín, del "Ángel de la Luz" e Iblís y que Balkis pertenece también al linaje de Caín, que es la esposa que le está destinada para la eternidad.". De allí derivaría el hecho de que durante la iniciación masónica se le haga ver al aspirante en la “Cámara de Reflexión” la palabra VITRIOL que en latín vendría a decir: VISITA INTERIOREM TÉRREA, RECTIFICANDO INVENIES OCULTUM LAPIDEM (visita el interior de la tierra y rectificando encontraras la Piedra Oculta o Piedra Filosofal).